Pues si, como hemos visto del modo en que nosotros vemos, la peor de la caverna está a nuestro alcance, éste en el que vivimos –salimos a la calle o entramos en casa, nos ponemos al sol o buscamos la sombra–es el mundo real por si hacía falta decirlo y no hay otra salvación ni otro conocimiento. Eso sí, podemos construir cavernas.
En cuanto a quién puede conocer desde qué situación, Platón nos invitó a trasladar su esquema, a elevarlo, para que esto fuera la cueva, pero tuvo que decirnos que había una cueva cuyos habitantes algo sabían del exterior luminoso.
Nótese que los de fuera ignoran siempre, según dicen más tarde, que hay un recinto oscuro donde viven o mueren unos condenados que, pese a todo, dejan huellas y señales para quien quiera interpretarlas.
En cuanto a quién puede conocer desde qué situación, Platón nos invitó a trasladar su esquema, a elevarlo, para que esto fuera la cueva, pero tuvo que decirnos que había una cueva cuyos habitantes algo sabían del exterior luminoso.
Nótese que los de fuera ignoran siempre, según dicen más tarde, que hay un recinto oscuro donde viven o mueren unos condenados que, pese a todo, dejan huellas y señales para quien quiera interpretarlas.
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