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lunes, abril 21, 2008

El murciélago

Varios crepúsculos me he encontrado ya, al salir del trabajo y en la misma revuelta, con un murciélago que revolotea con los quiebros poligonales que le son propios. ¿Es el mismo murciélago?
Nótese que nos cuesta trabajo indivizualizar a un murciélago de un día para otro. Y esa imposibilidad hace al murciélago eterno e inmortal, reducción literaria del arquetipo.
En su sinestesia, ¿qué dirá el murciélago del eco que tal vez le llegue del lento y terrestre semoviente de una y otra tarde? ¿O la cuestión de la individualidad sólo se la plantea el murciélago y nunca el arquetipo del murciélago?
Más tarde, hoy, me encuentro con B. y bromeo como siempre acerca de cuánto se parece a J. Pero si B. y J. son uno, esto quiere decir que se confunden en un individuo, no en una especie. Porque lo del párrafo anterior era un problema, no una confusión.

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