Llega a casa mojado por la rara lluvia. Vuelve a salir. Llueve y sin paraguas: le parece mal el adminículo si la lluvia es una visita tan ocasional como últimamente parece, como si los demás viandantes le fueran a echar en cara su escudo, su desprecio.
(Es posible, empero, que la lluvia piense que no es bienvenida, pero podemos decir que la lluvia es la visita, no el visitante. Es también posible que a nuestro hombre simplemente le afecte la superstición según la cual el remedio impide la herida y tema que el paraguas detenga la lluvia, que las nubes se levanten, que chaparrón sea un diminutivo.)
(Es posible, empero, que la lluvia piense que no es bienvenida, pero podemos decir que la lluvia es la visita, no el visitante. Es también posible que a nuestro hombre simplemente le afecte la superstición según la cual el remedio impide la herida y tema que el paraguas detenga la lluvia, que las nubes se levanten, que chaparrón sea un diminutivo.)
2 comentarios:
Muy interesante la idea del paraguas espantalluvias. Y también esa "inversión": un remedio que impide una herida -sí, que "impide", lo hemos leído bien-.
Saludos y anónimas gracias a su glorioso y cotidiano empeño.
Preciosa miniatura flamenca; sí, señor. Hasta con sus "lejos" y todo.
Javi, desde su Insti, que es el suyo, caballero.
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