O comprar río o vender puente, sonríen vizcaínos en este invierno seco cuando el camino cruza el cauce. La réplica apela a una circunstancia acaso paradójica, pero exacta: el puente ha de corresponder al camino y no podemos disminuir la escala. Es hasta más caro.
En cuanto a comprar río, lo cierto es que la compra de los ríos los convierte en una sucesión de lagos, o en un río mayor sólo cuando se desembalsa, o en un sueño por donde fluyen las representaciones de Heráclito en su teatrillo de vientos y de sombras. Para decirlo poéticamente, que los ríos se convierten en pasillos de agua, como un helado flujo, la urna desmemoriada de un bañista (dos versos de Gabriel Unceta, por cierto).
En cuanto a comprar río, lo cierto es que la compra de los ríos los convierte en una sucesión de lagos, o en un río mayor sólo cuando se desembalsa, o en un sueño por donde fluyen las representaciones de Heráclito en su teatrillo de vientos y de sombras. Para decirlo poéticamente, que los ríos se convierten en pasillos de agua, como un helado flujo, la urna desmemoriada de un bañista (dos versos de Gabriel Unceta, por cierto).
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