De pronto se han percatado de la bonanza de este día de Navidad y están todos en la calle. Todos salvo las atareadas en la cocina. La salida ha sido súbita. De casi nadie a casi todos. En media hora asistiremos al fenómeno opuesto: De pronto, nadie. Pero es posible que la comida de Navidad de los otros sea una mera confabulación, pues nunca somos testigos y es posible que no haya otras mujeres en la cocina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario