El corte crea la unidad, lo que es una constatación estética: así percibimos y concebimos. Como no estamos para filosofías, nos referimos a una experiencia que nadie tiene: la muerte concluye y une la vida de cada cuál. Un ejemplo extremo y ya habrá advertido el lector que una experiencia que nadie tiene no es una experiencia. No obstante, sí que lo apuntado es algo que apreciamos al valorar la vida ya "enmarcada" de quienes ya han fallecido. No cuesta mucho (o sí cuesta) pensar que el cuento se nos aplicará.
En la vida, en el eje temporal, el corte son dos rayas sobre una recta. Cuando se trata de una imagen, tenemos los cuatro segmentos unidos por sus extremos de dos en dos o la curva cerrada del marco. Ya dijo un filósofo que al cuadro lo hace el marco. Cabe añadir que el marco también hace a la pared, porque lo que falta a casi todas las meditaciones sobre el corte es la que atiende a lo que el corte deja fuera. Fuera lo que fuera.
De R.van Nistelrooijj, Memorias de un retórico calórico, Leiden, 1999.
En la vida, en el eje temporal, el corte son dos rayas sobre una recta. Cuando se trata de una imagen, tenemos los cuatro segmentos unidos por sus extremos de dos en dos o la curva cerrada del marco. Ya dijo un filósofo que al cuadro lo hace el marco. Cabe añadir que el marco también hace a la pared, porque lo que falta a casi todas las meditaciones sobre el corte es la que atiende a lo que el corte deja fuera. Fuera lo que fuera.
De R.van Nistelrooijj, Memorias de un retórico calórico, Leiden, 1999.
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