ceci n'est pas une pipe
Con alegría magiar nos solazamos entre corcheras postmodernas. Arriba y abajo, en la variedad está el gusto y otras puerilidades. Cada verano nadamos peor y con el ansia de llegar. Oiga, es que usted no disfruta. Somos unos frígidos de la natación. ¿Hemos acabado ya? Por otro lado, hemos elegido la hora de los torpes y los tranquilos: les estamos dando un baño clorado, en cada largo les sacamos cuatro. A otra hora, naturalmente, la situación no sería tan satisfactoria moralmente.
Que la piscina esté cubierta facilita la navegación al estilo espalda. Nunca nadaremos tan bien como lo hacía Red Skelton en aquella película en la que dicen que salía Fidel Castro. Un pensamiento en busca de una socorrista, pero no funciona. Repetiremos los cuatrocientos metritos. Más que nada por hacer el chorra, descalzos de piscina en piscina, pero con un meyba a la Palomares, ionizados.
N.B.: De aquí hemos tomado el virginal mapplethorpedo.
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