NARCISO EN AGUAS PODRIDAS
Esculpe indigno consejas viejas
Como un no sabrás decir cuándo o cómo
Nunca cercano oíste y necesario
El estruendo en el golpe del cincel
Que lector inatento ya revive
Y cierto es que mano a espíritu guía
No lo contrario, no lo previsible
Y otra mano la esencia barrerá
–pues que de tal cosa aprendiz se ocupa–
Muerta naturaleza que olvidada.
Añade que el instante después
El cielo miras, de mirarlo dejas
Cuando indica tu desgana, ese hilo
Con el pasado que se avecina
Como vuelven al sur las grullas,
Esto es, a saber, los días fríos.
De vez en cuando el paso refrena
Hacia atrás mira y calcular parece
Míralo como miras el grabado
Tan rápido, rápido y sorprendente
Como la vuelta aquélla del camino
Que no alcanzas ni alcanza tu jadeo
Mientras puede que la leyenda rece
En la orla como un fúnebre carnal ramo
No se pierde de golpe la inocencia
Es un acúmulo de pequeñas defecciones
Ahora sientes la pereza, de apartar
La vista necedad es tanta pero
Sigues y las despreciadas huellas
Que en fiel crüel retrato precipitan
No sabemos quién ve y quién busca
Y el agua corre y si encontramos
Más tarde nocturno ya sabes bajo la Luna
Cómo decir dónde llevó mi rostro
O ese detritus que fue que es tiempo
Arrojado con gesto inevitable
O que allí, allí donde levantar la vista puedas,
Creció rostro y máscara del tiempo ido
Ese teatro sombrío que yo me construí.
Ese jardín y sus cegados muros
Así un compromiso cansino y unos pies cansados
Son para el tacto hojas y misteriosas flores
Pero es la hora gris en que el Sol de Mayo
Sobre la loma parda indiferente contempla
Cómo cae yerta tu mano y cómo
En las aguas una vez más, sic semper,
Astuta y fría
la trampa se ha cerrado.
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