El tema cortazariano de las trayectorias que ignotas tal vez se aproximen para poco después haberse alejado ya casi irremisiblemente: porque los humanos tenemos mala suerte y, contra la certeza que da el infinito, no vuelve lo que buscamos ni lo que una vez rozamos. Eso es ser mortal, haber perdido lo que casi aquella vez tuvimos. Sale de su casa una vez más y vuelve e imagina que alguna vez casi se ha tropezado con quien pensaba o quería. A la inversa, puede estimar todas las tangencias inadvertidas y seguir de su estimación que casi se ha tropezado con alguien con quien no pude imaginarse cuánto vale la pena tropezarse. Sabrá también, por lo que decíamos antes, que es muy improbable que vuelva a coincidir con tan enigmático personaje.
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