Varios acaban concluyendo que, al fin, es a uno a quien descatalogan. Lo curioso del caso es que las restricciones de selección saltan inmediatamente por los aires en una reunión de lingüistas. Así, por juego o por pendencia (que el poeta venía a decir), dinamitan éstos las categorías básicas de su trabajo. ¿Acaso un escepticismo o una enmienda a la totalidad inconscientes? ¿O un hecho tan objetivo como las piedras a las que no pegamos un puntapié? -La reunión avanza pese a su capacidad para segarse la hierba bajo las patas de las sillas.
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