Demetrio Guinea publica una novela de casi 600 páginas: El escriba y el Rey. Alta Edad Media y no hay magos ni templarios ni extraterrestres ni vascos que se llamen Gorka, lo que ya es mucho y muy bueno. Edita El Tragaluz, de la calle con más editores y no malos del mundo conocido.
Anotemos sólo que Guinea con elaborado lenguaje nos sugiere la habitual oscilación entre lo diríamos emic y lo digamos etic del lenguaje del escriba. O de otra manera, la novela está escrita en un ¿lo diremos? estilo libre indirecto diacrónico, con los siglos respaldando a veces, infiltrándose a veces, en nuestro castellano, aunque por la vía de complicarnos la sintaxis y las gafas.
Anotemos sólo que Guinea con elaborado lenguaje nos sugiere la habitual oscilación entre lo diríamos emic y lo digamos etic del lenguaje del escriba. O de otra manera, la novela está escrita en un ¿lo diremos? estilo libre indirecto diacrónico, con los siglos respaldando a veces, infiltrándose a veces, en nuestro castellano, aunque por la vía de complicarnos la sintaxis y las gafas.
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