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martes, agosto 29, 2006

We were a few

Enfrascado (sí, enfrascado) en la elaboración de su obra definitiva, para la que ya tiene título: Sobre el número crítico de componentes de las agrupaciones de músicos callejeros, se detiene ante los avisos de la tarde: Joan Clos sustituirá a José Montilla en el ministerio de Industria. Los violines zumbones de agostos le envuelven una vez más en su salmodia de los catalanes y ese ministerio.
El conocido profesor Enrique Ballestero en los años setenta cerraba de esta manera (aunque se le escapaban algunos párrafos más) el prólogo que abría un libro suyo:

“Termino este prólogo al salir de Barcelona (la ciudad que ha creído en la cultura, en la ciencia y en el espíritu empresarial) y al llegar a Madrid, la ciudad que creído en la política como fuente principal de riqueza.”

Et caetera. Queda claro que los pérfidos españoles tratan de hacer que los catalanes sean aún mucho más madrileños de lo que son (estilo Ballestero, se entiende), como siempre lo quisieron, and were ashamed to et caetera. Zapatero y sus estrategias españolistas y maquiavélicas.
A estas alturas, la tesis de la obra viene a sostener que todo es un proceso dinámico en que el grupo responde rápidamente y, en general, de manera reversible, a lo que el medio le pide. No hay sujeto sobre el que edificar una disciplina tan recreativa como la microeconomía musical.

3 comentarios:

marideliwes dijo...

Tambien podría dedicarme a poner enlaces a cosas de las que yo creo que estás hablando, por hacerme un poco más comprensible el texto, o definiciones de palabras que puedo sacar del rae.es (busco un montón)

Se me ocurre, vamos.

O a preguntar cosas ("a ti inusual, de que te parece que está hablando hoy el maestro?", por ejemplo). Claro, que para eso hay que tener más valor del que me recomiendo (cuando no me recomiendo lo contrario, que también podría ser). Hora de comer.

pdro dijo...

De lo de siempre, de lo que le peta.

Torera.

Hora de acostarse.

marideliwes dijo...

:-)