Esperaban ser extraídos desde lo alto, desde lo sublime. Aunque quizá incluso no con las imágenes propias de una sociedad todavía no postindustrial y que hablaban (las imágenes hablan mejor que mil palabras) de praderas y animales pacíficos, sino con los panoramas convergentes de las grandes superficies, sin pastos pero con comercios. Véase que la abducción es también una introducción.
Ahora podemos ser agentes abductores, en pareja preferiblemente. Al abducido se le facilita, a favor de las asimetrías estatales y sociales, una nueva constelación de grupos donde inscribirse. Se trata, efectivamente, de no sentirse nunca abducido, aunque no se le oculte ni se le niegue su condición. El agente abductor sí que debe representarse su situación y sus operaciones como una paradójica descarga de las asimetrías antes aludidas. Pensará que lo que hace es posible por esa misma asimetría, pero que incluso la alivia en lugar de reforzarla, como otros tal vez sostengan.
Consignemos finalmente el interés que se muestra en que el abducido no haya sido moldeado en demasía, ni por lecturas sobre extraterrestres ni por más de unos meses de estancia en nuestro planeta.
Ahora podemos ser agentes abductores, en pareja preferiblemente. Al abducido se le facilita, a favor de las asimetrías estatales y sociales, una nueva constelación de grupos donde inscribirse. Se trata, efectivamente, de no sentirse nunca abducido, aunque no se le oculte ni se le niegue su condición. El agente abductor sí que debe representarse su situación y sus operaciones como una paradójica descarga de las asimetrías antes aludidas. Pensará que lo que hace es posible por esa misma asimetría, pero que incluso la alivia en lugar de reforzarla, como otros tal vez sostengan.
Consignemos finalmente el interés que se muestra en que el abducido no haya sido moldeado en demasía, ni por lecturas sobre extraterrestres ni por más de unos meses de estancia en nuestro planeta.
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