La humanidad no reclama. Por no ser, no es siquiera la guerra perpetua entre las que no son sus partes, entre estados, grupos, grupos definidos de otra manera, nuevos estados.
Así, la humanidad ha sido siempre una de las imposibles realidades del futuro: Un día no habrá fronteras; pero el futuro no está ni se le espera y sus realidades sólo nombran la irrealidad suma.
Es también la humanidad un hermoso recurso retórico con el que se ejercitan los jóvenes, con el que se ejercitan los cínicos, con el que nos aburrimos cuando más cínico incluso. O lo que encontramos cuando descubrimos aquello que nos iguala a todos (en la medida de nuestras posibilidades, que decía el poeta).
Así, la humanidad ha sido siempre una de las imposibles realidades del futuro: Un día no habrá fronteras; pero el futuro no está ni se le espera y sus realidades sólo nombran la irrealidad suma.
Es también la humanidad un hermoso recurso retórico con el que se ejercitan los jóvenes, con el que se ejercitan los cínicos, con el que nos aburrimos cuando más cínico incluso. O lo que encontramos cuando descubrimos aquello que nos iguala a todos (en la medida de nuestras posibilidades, que decía el poeta).
No hay comentarios:
Publicar un comentario