Como ninguna traducción de Anecdote of the Jar que recuerde me parece lo suficientemente infiel, me apresuro a publicar esta, absolutamente estrafalaria, anche se mai troppo:
Anécdota de la tina
En Tennessee planté una tina
redonda en la colina.
Al puto malpaís
lo hizo tondo del otero.
Y al rodearla cuesta arriba
resultó ser jardín francés.
La redonda tina sobre la cima
vertical y dándoselas de fina.
Controlaba de radianes dos pi
la gris y rotunda tina.
No es un tiesto para plantas,
ni en Byrdstown, TN se achanta.
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