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miércoles, enero 31, 2007

Experiencia tal vez de varón

Pepe recuerda una noche (para decirlo en japonés, I'm sorry for this: ara que fa vint anys que fa vint anys que tinc vint anys) en que otra vez una chica, desde cerca, acercándose, le hablaba de -now in Chamorro or perhaps in Zamboanganese- "su mozo". Pasamos a la conclusión, en papiamento como era de esperar: Autocar je suis un autre. O en japonés, otra vez: car je sushi un autre.
Romanceado, que no sabemos si somos o no somos. Si somos de quien nos está hablando o si ella se acerca al otro cuya existencia se adorna con un suave reproche (estuvieras tú aquí) o con reproche no tan suave (wish I were here, música en la que usted puede pensar y no alejada de aquella noche de mariachis).
Esta revivencia (Erlebnis en morónico) nos parece, nos reaparece, a los varones como una simetría rota entre los sexos. Pero podemos estar perfectamente equivocados. Lo cierto es que hay una asimetría entre el papel de un individuo y otro en la situación planteada. De esta asimetría puede aparecer la otra aparente asimetría, pero eso es lo de menos.
Lo que no es lo de menos son las simetrías por translación de individuo a individuo y temporal (ven, memoria, tan escondida que no te recuerde venir porque la amnesia del Leteo no me vuelva a la cabeza) de relatos que nos resuenan from within, como la Torre de Baalbek de la parte del Líbano o como las terrazas de Babel, con gentes de todas las partes.

1 comentario:

pdro dijo...

Hombre, tú por aquí.